El desayuno en el patio es una experiencia que no debes perderte. además, las vistas desde la azotea son impresionantes.

El restaurante en la azotea ofrece vistas impresionantes.

Vistas impresionantes desde la azotea, historia arquitectónica del antiguo convento, patio cordobés encantador.

Difícil acceso con calles estrechas!!! Además, el Wi-Fi era inconsistente en la habitación. Una buena comunicación sobre el estacionamiento no estaría de más. La falta de más áreas comunes puede hacer que la estancia se sienta limitada.

Experiencia inolvidable

El hotel destaca por su encantador patio cordobés lleno de enredaderas perfumadas y un naranjo que aporta un aire mágico. La habitación era muy cómoda y espaciosa, especialmente disfruté de la terraza privada en la azotea con vistas increíbles. El trato del personal fue excepcional, haciendo que me sintiera como en casa. Aunque el desayuno podría ofrecer algo más de variedad, la calidad fue muy buena, por lo que definitivamente lo recomendaría a amigos y familiares.

El hotel tiene vistas espectaculares desde la azotea, pero el acceso es complicado debido a calles estrechas. Además, la ubicación es perfecta, a solo pasos de la Mezquita.

Un cielo estrellado en la azotea

La habitación era amplia y cómoda, y el patio cordobés era simplemente encantador. La atención del personal fue excepcional, siempre dispuestos a ayudar. Las vistas desde la terraza son imperdibles, especialmente al atardecer.

El acceso al hotel es complicado debido a las calles estrechas, lo que puede ser un reto con un coche de alquiler. A veces, la zona puede ser ruidosa, especialmente por la tarde.

Recomendado para parejas que buscan comodidad

La habitación era muy linda y cómoda, y el patio cordobés, rodeado de enredaderas perfumadas y con un precioso naranjo al centro, era un lugar soñado! ! Además, el restaurante en el techo con vista panorámica a la mezquita fue otro hit del hotel, un lugar espectacular para relajarse al atardecer, tomando algo mientras disfrutabas de esas vistas.

No fue barato, pero consideramos que valía la pena.

una experiencia mágica con vistas inigualables a la mezquita y un desayuno en el patio que te hará sonreír

El Balcón De Córdoba es un sueño hecho realidad. Disfrutamos de una hermosa habitación con una terraza privada que nos permitió relajarnos después de explorar la ciudad. El desayuno en el patio, rodeado de naranjos, fue un deleite y la atención del personal fue excepcional, haciéndonos sentir como en casa.

El Balcón es un verdadero lujo ubicado en el corazón histórico de Córdoba. Las vistas desde la terraza son impresionantes, especialmente hacia la Mezquita. Además, el desayuno buffet es un deleite con opciones como quesos andaluces y tortillas recién hechas, todo en un ambiente acogedor.

Nada que destacar.

El hotel tiene un patio cordobés encantador y una azotea con vistas espectaculares. La habitación estaba impecable y muy bien equipada con comodidades. El personal, de verdad, fue increíblemente amable y servicial en todo momento.

Nada negativo.

El hotel tiene un patio cordobés encantador y una terraza con impresionantes vistas de la mezquita. La habitación contaba con todos los detalles necesarios para sentirse cómodo, incluyendo un acogedor balcón. La atención del personal fue realmente destacable, siempre dispuestos a ayudar y ofrecer recomendaciones sobre qué visitar. Sin embargo, el acceso al hotel es un poco complicado devido a las calles estrechas, lo que puede ser dificultoso si viajas en coche. Además, el desayuno podría ofrecer una mayor variedad de opciones.

El Balcon De Cordoba es un lugar mágico. La habitación era amplia y contaba con una terraza privada en la azotea, ideal para relajarse después de un día explorando Córdoba. Además, el desayuno se servía en un hermoso patio lleno de naranjos y plantas, ¡todo era simplemente perfecto!

El acceso puede ser complicado debido a las calles estrechas.

Ubicación de lujo, a un paso de la Mezquita. Habitación cómoda con un patio encantador lleno de plantas. Desayuno riquísimo, no se lo pueden perder. Terraza con vistas espectaculares para disfrutar al atardecer. El personal super amable, siempre atentos y dispuestos a ayudar.

El hotel es un antiguo convento bellamente decorado. La habitación tenía una terraza privada perfecta para relajarse después de un día explorando. El desayuno se servía en un hermoso patio lleno de plantas, lo que lo hacía aún más especial. Además, el personal fue excepcionalmente amable y servicial, especialmente Sara en recepción, quien nos recomendó lugares fantásticos para comer. Las vistas desde la azotea son impresionantes, especialmente al atardecer.

Acceso complicado